Cuando hablamos hoy de emociones, de engagement, cuando nos referimos
al impacto y su incidencia en la reputación de las marcas, cuando
hablamos de marcas sociales con estrategias de marketing eficiente, nos
referimos siempre a la capacidad que demostremos en el arte de atraer al
consumidor y lograr que se decida por nosotros, de ello se deriva un
beneficio adicional (y vinculado con las emociones) más allá de la
compra.
Definimos al Inbound marketing como la capacidad de las marcas para
atraer al consumidor hacia la marca y hacia las ventas. ¡Suena
interesante!
Este concepto adquirió relevancia como consecuencia de la eclosión y
penetración del fenómeno social y, es lógico, si tenemos en cuenta que
estamos transitando por un modelo en el que el nivel de emoción es lo
que define el crecimiento.
Hoy los clientes adquieren emociones; las derivadas de la
adquisición de conocimientos, las derivadas de la motivación, las
derivadas de la sorpresa, de la confianza, de la honestidad, los
consumidores hoy se vinculan con las marcas que son genuinas. Es la
capacidad para implementar estrategias centradas en el Inbound
marketing, donde las marcas tienen su oportunidad de oro para demostrar
que el tránsito de los modelos tradicionales, de la publicidad
tradicional, culmina con el éxito de una estrategia de atracción de
clientes.
Podemos por lo tanto definir que, al poner en marcha una estrategia
que busque la evangelización de nuestros clientes, estamos realizando
una inversión de nuestros recursos, no sucede así con la publicidad
tradicional quien, en el momento actual, es considerada más un gasto,
debido a la eficiencia escasa que demuestra.
En el momento actual, el eje central del éxito del Inbound
marketing, lo encontramos – como no podía ser menos- en el contenido.
Cuando una marca entrega contenido que emociona a sus clientes, por
proximidad, por aprendizaje, por diversión, por emoción, etc.… el
contenido se transforma en el “Atrapa sueños 2.0” donde, el acto de
atraer al cliente implica un diálogo e interacción con el, lo que
permite la integración de éste en el proceso creativo, que dará como
resultado la generación constante de contenidos que atraigan como un
imán, a los clientes hacia nuestra marca.
No podemos olvidar tampoco la naturaleza viral que subyace en el
acto de evangelizar a un cliente, una viralidad que incide directamente
en el posicionamiento global de nuestra marca.
El Inbound marketing penetra en el subconsciente colectivo como el
motor a través del cual productores y consumidores interactúan
diariamente en un universo conformado por talentos en busca de
necesidades que satisfacer, es por ello que las estrategias de marketing
de contenidos destinadas a cautivar a los clientes, son consideradas
mejores inversiones que las realizadas en publicidad tradicional, donde
canales, alcance, mensaje y target, se han visto modificadas desde los
cimientos.
Hoy, la mejor forma de hacer publicidad es buscando la atracción
del cliente y su posterior incorporación al proceso creativo, sólo así
se pone en marcha el motor generador de oportunidades constantes, lo que
finalmente, mantiene el crecimiento en una tendencia ascendente.
El Inbound marketing emerge como la mejor inversión para mantener
el crecimiento de nuestra marca, más que uno frente a otro, podríamos
definirlos como; Inbound marketing, la nueva publicidad de las marcas
sociales. ¡Es la calidad lo que se transforma en clientes!
Fuente: puromarketing
viernes, 18 de enero de 2013
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u na gran recomendación te dejo mi blog http://estrategiasdeatracciondeclientes.blogspot.com/ gracias
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